viernes, 29 de febrero de 2008

Psicosomática infinita


La hipótesis que sustenta el autor afirma que nuestro cuerpo alberga la información que la conciencia no tiene. La expresa a través de gestos, diálogos, posturas, viajes, reuniones, síntomas, enfermedades y encuentros, pero habría que traducirlas para interpretarlas.
Cuando hay un dato de relevancia el cuerpo nos lo dice de algún modo. A cada instante accedemos al Todo porque nuestra agitación corporal es infinita.
Aún no hemos aprendido a decodificar cómo ópera el cúmulo de la información disponible para quien trate de observarla. La mayoría de las personas se conforman con una parcela de realidad, aquella que es manejable, y ello es visto como prudencia o sabiduría. Pero es inevitable, captar lo no visible, en el caso de los enfermos psicosomáticos, que se expresa a través de su fisiología. Su amplia capacidad de recepción, incluso de síntomas de otras personas que ellos representan en su cuerpo como si fuesen síntomas propios, es factible de leerse como reacciones de un “cuerpo prestado”. Visto como malestar, desde el lado negativo (enfermedad) será “un caso a resolver” el de una dolencia particular. Visto como respuesta o llave, o llegada, de un lado positivo e informativo, se traduce en expresión para ser codificada, y se transformará en sabiduría sobre lo que nos rodea. El psicosoma expresa un campo infinito, sin otro límite que la sensibilidad del sujeto que expresa el síntoma o el dato, el cual no elude ninguna preocupación, ni personal, ni familiar, ni social, ni histórica. Nos damos cuenta, gracias a ellos, que la información se convierte en “energía” física y provoca modificaciones en el medio.

No hay comentarios: